Supongo que sólo quiero divertirme. Disfrutar de esta edad, de estos años dorados, de platino, con diamantes, bañados de juventud, que al fin y al cabo, es lo más caro del mundo, lo que todos queremos conservar, y cuando perdemos, recuperar. Quiero que cada día sea memorable, tener mil historias que contar cuando me acueste. Quiero reír horas y horas, continuar al lado de mis amigos, ser feliz y que éstos lo sean junto a mí. Tengo catorce años. Tengo miedo de los 15. No sé, a partir de esa edad parece que todo es más bruto y rápido. Que a partir de los quince todo serán experiencias nuevas, que voy a aprender todo lo que necesitaré saber a lo largo de mi vida. Supongo que el día doce de noviembre del 2011 no sentiré nada nuevo, pero que a partir de ahí veré todo de forma distinta, y es psicológico, en realidad todo sigue igual, todo podría seguir siendo igual con veinte y con cuarenta años. Pero los años pesan, y nos frustran, y nos obligan a cambiar, de look, de compañías, de gustos, de aficiones, pero sólo sigues estando vivo, si no traicionas al niño que llevas dentro.
Mónica Chirivella Magraner.

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